Dólar: la música paró y se acabó el baile

Jujuy al día ® – Cuando la música se pare, en términos de liquidez, las cosas se verán complicadas. Pero mientras la música siga sonando, tenemos que pararnos y bailar». La frase es de julio del 2007 y de quien fuera CEO de Citigroup entonces, Chuck Prince. Quedó como un símbolo de la actitud que tuvo Wall Street en la previa de la crisis financiera del 2008 y que repercutiera en todas las economías del mundo. Al momento de hacer esa afirmación, Prince señaló que Citigroup seguía bailando». Luego sobrevino el histórico rescate a esa entidad financiera. Más allá de que su frase no se refería al tema de hipotecas, quedó en la historia de Wall Street.

La semana pasada los mercados locales sufrieron por el anuncio de Martín Guzmán sobre el impuesto a la Renta Inesperada, proyecto que quedará también en la historia de los grandes dislates de ministros argentinos. Ahora bien, ¿por qué Guzmán hizo ese anuncio a sabiendas de que nunca sería tratado en Diputados?

Sólo se entiende en el marco de que era una promesa al FMI para compensar el anuncio del bono a jubilados, monotributistas y otros por más de $ 200 mil millones. En su viaje a Washington, Guzmán no dejó de repetir en cuanto contacto tuvo con el staff del FMI y con Kristalina Georgieva, que iba a cumplir las metas fiscales acordadas.

El apoyo de Georgieva al ministro sólo se basa en que no contempla la posibilidad de negociar con un ministro designado por Cristina Kirchner. El odio es en los dos sentidos entre las dos figuras.

Pero también los mercados sufrieron por el contexto internacional, con una reacción tardía de la Reserva Federal a la suba de tasas para contener la inflación norteamericana. Como sucede en todos los ámbitos, tras un pecado, se exageran las medidas para remediarlo. La música se está parando. Y debería haberse parado antes.

Kristalina Georgieva lo definió bien el viernes en Washington en una presentación de la cual participó su antecesora en el cargo Christine Lagarde, ahora en el Banco Central Europeo. La búlgara, quien tiene pocos amigos en Washington por escándalos en el Banco Mundial no del todo bien aclarados y por su manejo del FMI como si fuera un banco de fomento, habló del alza de los precios. «Nos comportamos como si fuéramos niños de 8 años que van todos detrás de un balón jugando al fútbol». dijo en relación a la inyección de fondos por la pandemia sin dejar de tener en cuenta sus efectos inflacionarios. Paradójicamente quien intelectualmente influyó para esa postura fue Joseph Stiglitz a quien entonces podría adjudicársele cierta responsabilidad en la inflación norteamericana, y desde ya en la Argentina por alimentar al actual ministro.

Lo único que esta semana puede avanzar en Diputados es el proyecto de ley de Alquileres en la comisión de Legislación Laboral. Hay ciertos elementos peligrosos más allá de que al menos ya existe consenso para reducir el plazo de los contratos a 3 años y a incluir más medidas como «optativas entre las partes». La contaminación a un proyecto que beneficie a inquilinos puede venir precisamente de quien se dice representar a inquilinos, Gervasio Muñoz, que no es más que un alfil de Juan Grabois en esa materia. De Muñoz es la iniciativa, otra que compite con la de Ganancia Inesperada de Guzmán en cuanto a dislates, que propone gravar con un impuesto a las viviendas ociosas, algo que ya fue descartado al menos. Esta semana podría haber dictamen y desde la oposición estaban sumando votos para evitar sorpresas en la Comisión que preside Cecilia Moreau, otra posible fuente de proyectos peligrosos para inquilinos.

La inflación se ha convertido en la principal fuerza desestabilizadora de Guzmán. En 15 días deberá nuevamente soportar el mal trago de un número cómodamente mayor al 5% por lo sucedido con los precios en el corriente mes. No hay magia: el BCRA está subiendo al tipo de cambio oficial en cuotas a un ritmo del 4% mensual o levemente por encima de ello. Se queda siempre atrás de la inflación. La suba de la tasa en pesos se queda siempre atrás de la inflación. Al fin de cuentas, estuvo mejor que Guzmán, o menos mal, Axel Kicillof en 2014 cuando devaluó 30% en enero al ver que se quedaba sin dólares. Obviamente se están comparando dos gestiones con pésimos resultados en lo económico.

En plena cosecha de soja el BCRA no suma dólares. Las importaciones vuelan como siempre que hay cepo. Lo explicó el economista Mundell, que los dólares que no se van por la cuenta capital, se van por la cuenta corriente. Por ello vuelan las importaciones por el excedente de pesos en la economía. La música se detuvo.

Guillermo Laborda

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