La pesada herencia que Massa puede dejarle a Massa

Ninguna de las malas noticias que ofrece la economía cambió con la primera ronda de las elecciones presidenciales, pero sí las expectativas en torno a qué nivel de cambio aspiran los argentinos.

Jujuy al día ® –  Una lectura económica posible sobre el resultado de la primera vuelta en la elección presidencial del domingo es que el miedo le ganó a la bronca.

¿El miedo a la dolarización con hiperinflación previa pudo más que la bronca por una inflación anual de 138% y el repudio a «la casta»?

Los análisis sobre los motivos del voto están a la orden del día, al ritmo de los cambios que Sergio Massa y Javier Milei bocetan en sus mensajes en la carrera por atraer electores para el balotaje del 19 de noviembre, del que saldrá el futuro presidente de la Argentina.

La percepción de los operadores del mercado es que al retroceder varios casilleros en el corto plazo la posibilidad de la dolarización total e incendio del Banco Central, la película que se rodará será muy distinta.

En aquellos días el duelo era entre el temor a una hiperinflación, la incertidumbre total frente al valor que podría alcanzar el dólar blue y el fuerte cambio de régimen que implicaría una dolarización con desintegración de los pesos si Milei se imponía en la primera vuelta.

Ahora, y después de la efectividad electoral que demostró el «Plan Aguantar» de Sergio Massa, con alto componente de atraso cambiario, tarifario y el «Plan Platita», la pelea se presenta entre el miedo a lo desconocido y la posibilidad del ministro de estabilizar al dólar.

La fuerte baja del dólar bolsa (- 8.5%) y del contado con liquidación (-10,7%) del martes reflejaron que el temor a una devaluación de cortísimo plazo cedió entre los mayoristas. La apuesta es a que Massa podrá mantener el dólar de $350 hasta el balotaje.

Esa apuesta descansa, también, en que el Banco Central recuperó reservas con el swap de China y que, después del pago de US$ 3.300 millones al FMI la semana próxima, le quedarán el equivalente a US$ 5.100 millones para abastecer al mercado las 31 ruedas que restan hasta las elecciones.

A esos dólares se le sumarán los US$ 900 millones que desembolsaron ayer las telefónicas para acceder a la frecuencia de 5G.

En la continuidad del «Plan Aguantar» se inscribe el nuevo dólar para exportadores que permite liquidar el 30% de las divisas al dólar libre lo que implica en esa porción un salto de 51% respecto a los $350 del dólar oficial mayorista.

El ministro y candidato vuelve a manifestar su necesidad de dólares emitiendo una señal en favor de un esquema de desdoblamiento cambiario.

Massa en modo candidato y ante la primera vuelta pudo atribuirle la disparada del dólar blue a Milei y a su prédica de que el dólar más alto favorecería la dolarización, pero ahora, después de resultar el candidato más votado, las expectativas recaen sobre su espalda.

En el corto plazo, los operadores mayoristas comenzaron a dar vuelta sus posiciones en dólares en el entendimiento de que el fantasma de una mega devaluación cede hasta los días previos al 19 de noviembre.

Massa, un hábil para el manejo del corto plazo en situaciones de crisis, cuenta para llegar al balotaje con seis instrumentos concretos pero de baja efectividad, según un informe de la consultora ABECEB.

Los seis ítems del «Plan Aguantar» son los siguientes:

1) Uso intensivo del swap de China( US$ 6.500 millones) para evitar un colapso por falta de reservas liquidas y permitir pagarle al FMI como «señal de compromiso con la búsqueda de estabilidad en el futuro»

2) Dólares especiales para los exportadores (ya lanzó uno) para incentivar la liquidación de divisas en el intento de conseguir dólares frescos.

3) Seguir con un cepo severo para racionar importaciones y «recurrir a la CNV, el Banco Central y la AFIP» para limitar las operaciones cambiarias.

4) Subir la tasa de interés para contener la baja de los depósitos en pesos.

5) Controlar los precios. La medida ya demostró baja efectividad pero «siempre es bueno mostrar preocupación por la ‘mesa de los argentinos’ en períodos de campaña».

6) Atrasar pagos al fisco. «El plan Platita desequilibró las cuentas fiscales (fue fuerte la emisión), pero por un mes se pueden atrasar pagos del Estado. Es un clásico, siempre a mano».

La diferencia del «Plan Aguantar» de Massa está ahora en que la pesada herencia que genera podría recaer sobre su autor.

La consultora Empiria lo define así: «hacia adelante, los fundamentos económicos del lunes 23 de octubre son iguales a los del viernes 20: inflación apuntando a 180% anual, reservas netas del Banco Central negativas en US$ 7.000 millones, déficit fiscal primario inercial de 5% del PBI, emisión monetaria superior al 10% del PBI, atraso cambiario del 30%, atraso tarifario del 70%, caída del producto de 3% y pobreza 45%».

Nada de eso cambió con la primera ronda de las elecciones presidenciales, pero sí las expectativas en torno a qué nivel de cambio aspiran los argentinos.

La etapa del «Plan llegar» hasta el balotaje está en marcha por parte del Gobierno, y la oposición intentará destacar que el 22, nada menos que el 60% del electorado voto por candidatos que proponen un cambio de rumbo serio en materia económica.

Daniel Fernández Canedo

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