En su carta del sábado, que posteó Cristina Kirchner, el senador Parrilli sugiere tener información del caso Nisman que la justicia desconoce
Jujuy al día ® – Cristina Kirchner decidió decir algo por los 10 años del asesinato del fiscal Nisman y eligió el modo “como si”. Posteó un mensaje firmado por Oscar Parrilli, como si no fuera suyo.
Allí habla del “lamentable suicidio” de Nisman, un “asesinato inventado primero mediáticamente y después judicialmente”.
Es curioso, porque este miércoles se cumplieron 10 años exactos de la primera carta pública asegurando que Nisman había sido asesinado.
Créase o no, estaba firmada por… Cristina Kirchner.
El crimen del fiscal Alberto Nisman.
Ésta es una parte de aquel texto, publicado en Facebook el 22 de enero de 2015:
“¿Por qué habría de suicidarse alguien que escribe un mensaje como el que escribe Nisman cuando explica a un grupo de amigos su regreso al país? En un tono épico, reflejando que venía a cumplir una tarea para la que se había preparado…”.
“¿Por qué se iba a suicidar si el sábado le envió una foto a Wolff, de la DAIA, y le aseguraba que se estaba preparando para la reunión del lunes en Diputados?”.
“¿Por qué se iba a suicidar alguien que siendo fiscal gozaba de una excelente calidad de vida? Pero además, ¿por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el fiscal tiene registradas dos armas a su nombre en el RENAR?”.
“Resulta imposible no observar que en cualquier lugar del mundo, si alguien aparece muerto por un arma de otra persona y esa persona es la última que estuvo con él en vida y es un íntimo colaborador suyo, resulta cuanto menos raro. Muy raro. Por eso es conveniente que se le otorgue protección al señor Diego Ángel Lagomarsino”.
“Como también resulta conveniente investigar a la custodia de Nisman. ¿Cómo se permitió el ingreso al lugar donde estaba el cuerpo del fiscal a un médico privado antes de dar cuenta al juez?”.
“Hoy no tengo pruebas pero tampoco dudas. Lo que Nisman nunca pudo imaginar es que el tiempo no solamente había comenzado a correr para la “denuncia del siglo”, sino también para su propia vida”.
Luego, Cristina cambió de opinión. Pero los hechos no cambiaron.
Diez años después, la justicia dice que a Nisman lo mataron. Lo mismo que había dicho Cristina aquella vez.
Por el caso están procesados Lagomarsino -el hombre del que sospechaba Cristina en aquella carta- y cuatro custodios a los que Cristina pedía investigar.
Y ahora está Berni imputado por la escena del crimen que indignaba a Cristina porque el médico de la prepaga entró antes que la justicia.
Lo que Cristina-Parrilli no ponen en su carta de ahora es que ella estuvo esa noche en la escena del crimen en el teléfono de Berni, con quien habló 31 veces.
Que Berni caminaba libremente por allí -un departamento de tres ambientes- junto a 87 personas más.
¿Qué le decía Cristina en aquellos llamados frenéticos? ¿Berni ignoraba sus instrucciones o en realidad las estaba cumpliendo a rajatabla?
Tampoco recuerda Parrilli ahora que dio órdenes ilegales, como mandar a la SIDE a espiar la fiscalía de Fein, según declaró el espía kirchnerista Fernando Pocino.
Pero la nueva carta pública de Cristina-Parrilli tiene un dato revelador.
Dice que Lagomarsino podría ser un espía.
“¿Era un agente inorgánico de las autoridades de la ex SIDE -antes de que yo fuera designado interventor- desde el cual se controlaba y tripulaba al fiscal?”, dice Parrilli, y advierte tener información inédita del caso. “Tienen miedo que (Lagomarsino) hable y cuente la verdadera historia de su rol junto a Nisman”, afirma el senador.
¿Cuál es esa “verdadera historia” que Parrilli y Cristina conocen y la justicia no?
Ni Cristina ni Parrilli habían admitido hasta ahora que en la SIDE trabajaban «agentes inorgánicos». Es decir, espías que cobran a cambio de tareas específicas sin quedar registrados en ninguna nómina oficial.
Espías fantasma, sostenidos y pagados por el Gobierno.
La sugerencia de Parrilli-Cristina sobre Lagomarsino es crucial, porque ellos eran el jefe de la SIDE y su jefa directa, la Presidenta.
Parrilli trata de despegarse de ese «espía inorgánico» que él mismo pone en escena aclarando que tendría esa función desde «antes de que yo fuera designado interventor», pero olvida que, antes de que lo nombraran a él, Cristina venía gobernando la Argentina -y poniendo a los jefes de la SIDE- durante siete años seguidos.
Si Lagomarsino participó del plan para matar a Nisman (como dice la justicia) y además era un espía «inorgánico» (como sugiere Parrilli), el asesinato debió incubarse en algún rincón del poder.
Desde el primer día, Lagomarsino fue defendido por Maximiliano Rusconi, un abogado del kirchnerismo puro.
Héctor Gambini