Jujuy al día® – En la mañana del viernes, tres trabajadores precarizados de la Municipalidad de La Mendieta se encadenaron a las verjas de Casa de Gobierno exigiendo la intervención del ejecutivo provincial para que desde su municipalidad se realice la desprecarización de alrededor de 400 trabajadores, entre ellos personas que ya tiene más de 20 años de servicio.
Al respecto, nuestro medio dialogó con Melinda Tolaba, una de los tres trabajadores encadenado quien expresó «vinimos a realizar esta medida porque hace más de 25 años que no hacen a nadie planta permanente en la municipalidad de La Mendieta, cuando la plata se la consiguió cortando rutas hace un año y medio pero el intendente Jesús Guerra y el señor Juan Pinto solo la quieren manejar ellos».
Indicó que el titular del ejecutivo municipal «no quiere hacer a nadie planta permanente, o sea que con 100 mil pesos quieren hacer solo a 7 planta permanente y no sé qué va a pasar con el resto de la plata».
«Nosotros queremos más horas para poder trabajar y llegar a las 23 jornadas y poder cobrar el salario completo, la escolaridad completa y la discapacidad de nuestros hijos completa».
Expresó «yo tengo 9 años de servicio y mis compañeros que están acá tiene 23 y 22 años y aún estamos precarizados, ellos llegan a un sueldo de casi 5 mil pesos y el problema es que ellos se están por jubilar y si lo harían sería con una parte de ese sueldo».
«Encima hay compañeros que tienen 17 años de jornalizados y al otro mes van a presentarse a trabajar con un plan de 300 pesos, que no solo es muy poco sino que les corta la obra social, les corta todo, y tiene que volver a empezar hasta que a él se le ocurra nuevamente hacerte un jornalizado».
Mencionó «debemos ser aproximadamente unos 400 trabajadores precarizados en esta situación, y una gran parte hoy – por ayer- están cortando la ruta a la altura del Puente san Pedro».
Sostuvo que desde el gobierno provincial «recibieron a algunos compañeros del SEOM, pero el tema acá es que conseguimos la plata pero es el intendente el que no quiere aflojar, y desde acá no le dicen nada».