En Jujuy evalúan unas ovitrampas larvicidas contra el dengue

Jujuy al día® – Unas 3.500 ovitrampas larvicidas, para colectar larvas de mosquitos e interrumpir su desarrollo, ensayan su eficacia en domicilios de la localidad jujeña de Caimancito para ser usadas en las campañas contra el dengue, informó Patricia Eisenberg, del Centro Inti-Plásticos.

«Es un ensayo a campo y este dispositivo se suma a otros con los que habitualmente se combate en las campañas contra el dengue, y  se evaluarán resultados obtenidos hasta el próximo mayo», contó a Télam Eisenberg, del Centro de Investigación y Desarrollo para la Industria Plástica del Inti.

La ovitrampa larvicida es una innovación desarrollada para el uso de las comunidades por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial-Inti junto al Centro de Investigación de Plagas e Insecticidas (Cipein-Citidef-Conicet), liderado por el bioquímico Eduardo Zerba.

Las trampas plásticas que contienen el compuesto activo en su formulación, liberan el larvicida en forma controlada desde el plástico hacia el agua de cría, con una eficacia residual de unos dos años.

«Es muy importante el ensayo a campo porque, para una primera incursión de control de vectores, era clave tener una idea de cómo se participa con la comunidad, ya que son más bien los biólogos quienes usan ovitrampas para monitorear poblaciones de mosquitos con fines de vigilancia «, explicó la investigadora.

Caimancito es un municipio del sudeste de Jujuy, en Ledesma, ubicado sobre la ruta nacional 34, entre las regiones de yungas y llanura chaqueña, de clima tropical con elevadas temperaturas diurnas.

«Colocamos 3.500 ovitrampas ubicadas en todo Caimancito junto con la gente del Cipein, y se involucraron todas las organizaciones sociales del lugar y los agentes primarios de la salud que trabajan junto a Nación y Provincia en la lucha contra el mosquito», relató Eisenberg.

El proceso había comenzado con una evaluación de resultados del comportamiento del material en laboratorio, lo que derivó en la fabricación de las ovitrampas en la planta piloto del Inti para ser probadas en la comunidad, lo cual puede plantear correcciones en el material e incluso el rediseño de la forma del dispositivo.

El lugar en que se ubican «dentro del domicilio tiene que ver con la forma de vida del mosquito, que es un lugar sombrío, húmedo y cálido; entonces, la mosquita pone la larva en agua, en la que se libera un activo muy potente que interrumpe el crecimiento atacando el sistema nervioso central», explicó Eisenberg.

El dispositivo plástico con el larvicida, cuyo efecto es sobre el sistema nervioso central del mosquito y no del humano, se coloca también en sumideros de agua, ya que está autorizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, con alrededor de 100 millones de casos por año en todo el mundo e incidencia creciente en Argentina, donde la peor epidemia ocurrió entre enero y mayo de 2009, con unos 30 mil casos.

Los síntomas de dengue son fuerte dolor de cabeza -detrás de los ojos-, de músculos y articulaciones; fiebre, picazón, náuseas y vómitos, y sangrado de nariz y encías, por lo que hay que concurrir urgente a la consulta médica, sin automedicarse.

La población de Aedes aegypti seguirá creciendo en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores por lo menos hasta fines de marzo, según la publicación universitaria «Exactas», de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

«Es esperable -por no decir inevitable- que desde ahora hasta fines de marzo la población del mosquito siga en aumento, para luego ir disminuyendo entre abril y mayo, como hemos venido observando año tras año», estimó el biólogo Darío Vezzani,  investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Conicet.

Las principales acciones para interrumpir la transmisión del dengue son el control del vector por medio de rociados especiales para la eliminación de mosquitos adultos y de los criaderos acuáticos de las larvas, sitios de oviposición de la hembra.

El larvicida contenido en el material plástico de la ovitrampa es un compuesto que actúa interfiriendo el paso de larva a mosquito adulto, presenta una alta selectividad, muy baja toxicidad en mamíferos, y fue recomendado por la OMS para ser utilizado en control de larvas de mosquitos en aguas de consumo humano.

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