Jujuy al día® – En la reunión del sábado once de mayo, en el espacio de formación de los Banquitos Populares de la Buena Fe del Ramal, se reflexionó sobre los desafíos éticos de nuestro tiempo, siguiendo la propuesta de Kliksberg, Entre los desafíos se destacaron el hambre inexplicable, el déficit de agua potable y de las instalaciones sanitarias, las elevadas tasas de mortalidad infantil y materna, el déficit de la educación, la discriminación de género y el cambio climático. También se señaló, siguiendo al autor, que las causas de las crisis son la deslegitimación de la política y a la ideología neoliberal ortodoxa.
Seguidamente se trabajó sobre los modelos en pugna, por un lado el capitalismo “salvaje”, que se sintetiza en la frase “el otro no me importa” y el modelo que propone la igualdad que se basa en el cooperativismo. Se puso como ejemplo el modelo de los países nórdicos que se fundamenta sobre la ética y la igualdad.
Kliksberg, propone que para superar la crisis es necesario establecer una alianza entre las políticas públicas, las empresas privadas socialmente responsables, el voluntariado, el cooperativismo y los emprendedores sociales.
Finalmente, a la luz de la teoría trabajada, se analizó una de las temáticas importantes de la semana. Sobre si era necesario devaluar la moneda o no, para lo cual, haciendo uso de la memoria nos trasladamos en el tiempo para analizar las experiencias de las prestatarias, qué había ocurrido en las anteriores devaluaciones que hubo en nuestro país, señalando las siguientes consecuencias: pérdida del poder adquisitivo del sueldo, más desempleo, mayor pobreza y como consecuencia de todo lo anterior, mayor inestabilidad en las familias.
Al final quedaron “flotando” las preguntas, ¿quiénes son los que se benefician con estas medidas? ¿Qué defienden los comunicadores y los economistas que afirman que es necesario devaluar, y que a pesar de lo ocurrido en cada caso, siempre proponen lo mismo?
Se concluyó que uno de los aspectos importantes del cambio cultural es tener memoria, recordar lo que nos pasó, ver qué es lo que está pasando en otras partes del mundo donde aplican las “recetas” de la propuesta liberal ortodoxa, y fundamentalmente no repetir y menos defender las “ideas fuerzas” de esa ideología, que cuando se aplican enriquecen a las minorías y empobrecen a las mayorías. Por eso es necesario el enfoque ético en la economía y en lo gobiernos corporativos.